martes, 16 de febrero de 2010

Vancouver 2010: Defago "Campeon del Descenso"

El esquí alpino suizo logró ayer, gracias a los esquís de su ‘tercer hombre’, Didier Defago, su primer oro en 22 años. Había que remontarse a los gloriosos días de Pirmin Zurbriggen y a los Juegos de Calgary’88 (curiosamente, también en suelo canadiense) para ver a un esquiador alpino helvético en lo más alto de un podio olímpico.

No fue el otro Didier, Cuche, a quien todos señalaban como gran favorito, ni tampoco la revelación, Carlo Janka. Tuvo que ser un hombre de 32 años, que se ganó la plaza en el descenso en unas clasificatorias internas del equipo suizo, quien abriera el medallero del esquí alpino en la prueba en la que los arrestos, a veces, son más importantes que la técnica.

Y arrestos había que tener para bajar por la pista ‘Dave Murray’, con un desnivel de 853 metros y unas condiciones difíciles para el esquí, para lanzarse a por todas. Lo hizo Defago, tras ver cómo Bode Miller, con el dorsal 8, establecía un gran registro (1:54.40) que hacía que el estadounidense sonriera. Se sabía merecedor de medalla y finalmente sería de bronce, después de que otro ‘viejo rockero’, el noruego Aksel Lund Svindal, fuera más rápido que él. Un error del austríaco Michael Walchhofer y otro de Cuche abrieron el Olimpo a Defago, que había completado los 3.105 metros del recorrido en 1:54.31.

Las sorpresas no son extrañas a la prueba del descenso olímpico. No hay que irse muy atrás para encontrar un campeón al que nadie señalaba entre los favoritos: hace cuatro años en Turín, el francés Jean-Luc Cretier dejó sin oro a Walchhofer en el último suspiro, y en 1994 en Lillehammer, el estadounidense Tommy Moe se impuso contra cualquier pronóstico. Aunque en descargo de Defago, hay que destacar que su currículum ya presentaba victorias en los dos ‘templos’ de la disciplina: Wengen (Suiza) y la temible Hahnenkamm en Kitzbühel (Austria), ambas conseguidas la temporada pasada.

Por lo que respecta a la participación española, Ferran Terra y Paul de la Cuesta acabaron a 4 minutos y 54 centésimas del vencedor y a 5.53 el vasco, siendo 44 y 51, respectivamente, de los 60 que concluyeron la prueba.

Hoy, según el calendario, llega la supercombinada masculina, prueba que las mujeres disputarán el jueves, con una Lindsey Vonn “lista” para el reto olímpico y feliz de haber podido disponer –gracias a las inclemencias meteorológicas– de unos días extra de recuperación. La estadounidense se siente capacitada ahora para luchar por los tres oros y ha estado ya entrenándose con relativa normalidad desde el pasado domingo.

FONT SE RESIENTE

Peor le fue al snowboarder Jordi Font. Llegó a Vancouver muy justo, demasiado, por culpa de una clavícula fracturada y que debería haberse operado pero eso le habría impedido estar en los Juegos. Ya había adelantado que sufría en cada bache de la prueba de cross. Y ayer, cuando apenas había superado el primer repecho, el dolor fue tan intenso que Font optó por abandonar. Ya no va a volver a competir.

Sí lo hizo el joven debutante Regino Hernández, que finalizó 31 entre los 32 participantes que concluyeron la clasificación y que la pasada madrugada buscó seguir en la competición en los octavos de final.

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